Definición:
El Código Alimentario Español define hortaliza como:
"Cualquier planta herbácea hortícola en sazón que se puede utilizar como
alimento, ya sea en crudo o cocinada".
El término verduras, por otro lado, se utiliza para
denominar a un grupo de hortalizas en las que la parte comestible está
constituida por sus órganos verdes (hojas, tallos o inflorescencias).
Como podemos observar, ambos términos son muy
"similares" y es comprensible que la mayoría de la gente los utilice
indistintamente o ampliando el nombre de verduras a todas las hortalizas.
Características:
Como el grupo de las hortalizas engloba a gran cantidad de
alimentos, cada uno tendrá una serie de características propias y de
composición, pero en general podemos señalar:
Ø
En cuanto a su composición:
1.
Agua:
es el componente mayoritario de las hortalizas y representa entre el 80-90% de
su composición. Son muy hidratantes.
2.
Hidratos
de carbono: según la cantidad de glúcidos, las hortalizas pertenecen a
distintos grupos. En general, contienen azúcares simples que conforme avanza el
proceso de maduración se van transformando en almidón, el cual actúa como
fuente de reserva.
3.
Lípidos:
la cantidad de grasas es muy baja, entre el 0,1 y 0,9% de su composición.
4.
Proteínas:
también se encuentran en muy baja cantidad y las que hay, son enzimas que
participan en los aromas, en el color y en los tejidos del vegetal.
5.
Vitaminas:
son muy ricas en vitamina C (función antioxidante), en vitamina E y B, en
provitamina A, en ácido fólico y en ß-caroteno (fuente de la vitamina A)
6.
Minerales:
muy ricas en potasio, calcio, sodio y magnesio.
7.
Fibra:
son los polisacáridos que forman parte de la estructura de la planta, los que
conforman la fibra dietética. El contenido es variable pero el valor promedio
se estima en 3 g fibra/100 g Porción Comestible, es decir, del 2 al 10% del
alimento es fibra soluble.
Ø
En cuanto a características comunes:
1.
La temperatura óptima para su conservación no
debe ser superior a 8-10 grados, por lo que deben mantenerse en el frigorífico
o en lugares muy frescos.
2.
Se debería consumir un mínimo de 300 g/día, que
equivale a dos raciones. Una de ellas debería hacerse en crudo (ensaladas) y
otra cocida (purés, sopas, etc.).
3.
La gran mayoría de las hortalizas se cultivan en
invernaderos, por lo que podemos disponer de ellas en cualquier época del año.
4.
Cuando se consumen frescas, es conveniente
ajustar su consumo a su temporada, para aprovechar todos sus micronutrientes.
Clasificación:
Las hortalizas pueden clasificarse siguiendo muy distintos
criterios. Hemos escogido 4 de ellos:
1-Según los órganos vegetales comestibles:
2-Según la familia a la que pertenecen: lo cual es muy
importante a la hora de establecer una adecuada rotación de cultivos.
3-De acuerdo con el clima:
4-Según la calidad:
·
Calidad organoléptica o sensorial: El consumidor
percibe de forma directa, mediante los sentidos, el color, sabor, aroma y
textura.
·
Calidad nutritiva: Considera la capacidad de los
alimentos para proporcionar los nutrientes necesarios para la promoción de la
salud y la prevención de enfermedades.
·
Calidad sanitaria: Valora la ausencia de toxinas
naturales, contaminantes y microorganismos patógenos, que puedan producir
toxiinfecciones alimentarias.
Valor nutricional.
Las hortalizas y verduras son una fuente excelente de fibra,
minerales y vitaminas. La composición de las hortalizas es muy variable y
depende de factores como las semillas utilizadas, las formas de cultivo, el
tipo de suelo, etc. Aquí dejamos 2 tablas, la primera hace referencia a los principales
nutrientes de las verduras y hortalizas y en la segunda se puede apreciar el
contenido en cada hortaliza de una seria de minerales y vitaminas.
Efectos sobre la salud.
Muchos estudios epidemiológicos
apoyan la asociación entre la elevada ingesta de hortalizas y el bajo riesgo de
padecer enfermedades crónicas. Las hortalizas, debido a que son una rica fuente
de variedad de nutrientes, nos proporcionan una serie de beneficios para nuestra
salud:
v
El potasio, que abunda en las hortalizas, ayuda
a eliminar la retención de líquidos, propia de los alimentos ricos en sodio.
Por ello, con su consumo prevenimos la hipertensión y la hinchazón de vientre y
piernas.
v
Debido a que las hortalizas son alimentos que
carecen de grasas y son pobres en calorías, combatimos la obesidad y podemos
mantener nuestro peso. Esto conlleva una disminución del colesterol y de los
triglicéridos en sangre y por tanto, menor probabilidad de padecer patologías
cardiovasculares.
v
Los minerales que componen las hortalizas (Fe,
K, Ca, P, Mg, Cu) son micronutrientes esenciales para el buen funcionamiento
del organismo.
v
El aporte vitamínico de las hortalizas es otro
punto más a su favor. Por ejemplo, la vitamina A y C mantienen fuertes nuestras
defensas contra las infecciones y las vitaminas del grupo B fortalecen nuestro
sistema nervioso.
v
La fibra ayuda a regular el tránsito intestinal.
v
Los antioxidantes reducen considerablemente el
envejecimiento y previenen la aparición de determinados tumores.
v
Modulación de los enzimas detoxificantes, lo
cuales son esenciales para la transformación de algunos compuestos de origen
endógeno y la detoxificación de numerosos productos xenobióticos, es decir,
contaminantes como son los fármacos.
v
Disminución de la agregación plaquetaria, que
puede ser la base fisiológica de los efectos anticancerosos del ajo.
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